ESTUDIOS Y CONSIDERATIONES

LAS APARICIÓNES CON EL CONTENIDO RELIGIOSO - Introducción

La división presentada de las apariciones en las tres categorías facilita juzgar ya en la fase inicial de las apariciónes según las marcas concretas el valor de la aparición. En la primera y segunda categoría se trata con gran probabilidad de una genuina aparición. En la tercera categoría es con mayor frecuencia necesario intensificar la atención porque se trata frecuentemente de las apariciones falsas.

Los acontecimientos relacionados con las apariciones marianas en los últimos decenios nos tocan cada vez más a pesar de que muchas informaciones de las apariciones falsas resultaron mentirosas de modo demostrable. Y por eso algunos teólogos se esfuerzan por distanciarse de esta problemática con una buena intención.

Pero un otro grupo de teólogos y muchos creyentes se dan cuenta de que las apariciones auténticas son una fuente de buenos impulsos espirituales actuales concretos y alentadores para avivar la fe en la época de hoy. Además estos teólogos comprenden que Dios concede algunas gracias extraordinarias en estas apariciones auténticas, las cuales los hombres no recibirían de otro modo. Sería lástima que se ignorara este gran ofrecimiento de Dios, en particular en la actualidad, cuando la fe se muere.

Nosotros los creyentes sabemos muy bien lo que debemos hacer, pero no tenemos el entusiasmo necesario o la gracia de Dios para hacerlo. Y precisamente las apariciones marianas son, sin duda, la mayor fuente de estas gracias en la actualidad. Estas gracias extraordinarias hacen posible que los hombres comiencen a aprovechar las gracias contenidas en las fuentes ordinarias , es decir en la oración, en la misa santa y en los sacramentos.

A un observador objetivo le está claro que es útil aprovechar las apariciones auténticas, ya que es un don de Dios. Pero no podemos obligar a nadie a aprovecharlo y nadie está obligado a aprovecharlo. El que no quiere aprovechar este don por varios motivos, que no lo aproveche, pero sería también incorrecto impedir a otros que lo recibieran.

Pero el más grande problema debería consistir en una otra cosa, es decir, cuáles son los criterios para distinguir las apariciones auténticas y las falsas. Para una opinión definitiva y oficial es decisivo el punto de vista de la Iglesia que se suele expresar muchos a?os más tarde después de la conclusión de las apapriciones. Este punto de vista se basa en un análisis exacto del contenido de las apariciones en relación a la dogmática y la moral de la Iglesia y a la evaluacón del fruto espiritual que la aparición aportó en la vida de los hombres. Para alcanzar este objetivo, hace falta que los hombres estén informados sobre la aparición actual, o eventualmente que visiten el lugar de la aparicón y crean en la autenticidad de ésta.

 

En el transcurso de las apariciones la Iglesia se comporta con reservas, si no hay contradicciones a la doctrina de la Iglesia. A los creyentes no se les impide interesarse por la aparición e inspirarse en ella positivamente para la conversión, si la fe y la moral no están amenazadas. Esto está en armonía con el decreto de la Sagrada Congregación para la Fe del 29 de diciembre de 1966, por medio del cual fueron anulados los artículos del derecho canónico n. 1399 (sobre la publicación de los libros sobre las apariciones) y n. 2318 (las penas para las personas que han transgredido las leyes de la censura).

 

La Iglesia , en el caso de la mínima sospecha de la autenticidad de una aparición, prohíbe divulgar informaciones oficiales sobre ellas a nivel eclesiástico. Sólo cuando se examinen las circunstancias seguramente , la Iglesia anula la prohibicón y declara la autenticidad de esta aparición. Eso sucedió varias veces en la Iglesia, la última vez eso sucedió hace poco en el caso de las apariciones a la religiosa Faustina quien fue beatificada en el a?o 1993 y canonizada en el a?o 2000.

Muchas apariciones parecen buenas y estar en armonía con la doctrina de la Iglesia en la fase inicial particularmente, porque contienen el llamamiento fundamental a la oración y a la conversión. Pero un observador experimentado se fijará en algunos rasgos menores y mayores, por los cuales están caracterizadas las apariciones falsas. En este caso no se trata siempre de algunas declaracinones vocinglares o informaciones contrarias a la doctrina de la Iglesia de modo evidente, o de las informaciones sensacionales y catastróficas como por ejemplo - el primero de enero de 1965 Nueva York será destruida por una bomba atómica o el tres de mayo de 1970 caerá un meteorito al mar y una ola alta da una escoba a Italia, Francia e Inglaterra etc.

 

Las informaciones vocingleras sensacionales provocan la sospecha y pocos hombres creen en ellas y no les prestan atención, pero las apariciones inexpresivas y falsas que parecen estar en armonía con la doctrina de la Iglesia a primera vista ponen dificuldades más grandes. Si uno cree, surge el peligro de que uno, en una época crítica - y la nuesatra es así, aprende inesperadamente informaciones falsas y erróneas si bien sorprendentes a las cuales cree y comienza a divulgarlas de modo fanático creyendo hacer una gran cosa apostolica, pero causa mucho da?o. La más grave consecuencia de las apariciones falsas es que los hombres inexperimentados hacen acciones fanáticas, hay desorientaciones y discrepancias en su corazón.

Por esta razón la Virgen de Medugorie advirtió ya en el a?o 1981 que, una vez terminadas las apariciones de Medugorie, todas las demás apariciones serían falsas.

Para darnos cuenta de la complicidad de este tema y para ayudar a los hombres a orientarse, presentaremos por lo menos algunos rasgos característicos de las apariciones auténticas y falsas. Con anticipación decimos que hay algunas verdades generalmente reconocidas en las apariciones falsas lo que enga?a ante todo a los homres inexperimentados dándoles la sensación de que se trata de una aparición auténtica.

 
 
 
 

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